LA PUESTA EN ESCENA DE LO REAL

Sus obras le han valido el título de enfant terrible, ya que irrumpe en el campo fotográfico causando el asombro, y no es para menos, Santizo crea imágenes barrocas que apuntan directo a la controversia por poner de manifiesto el simbolismo religioso, social y sexual, este último aun tabú en el medio local.   Formado en artes plásticas y el grabado, utiliza la fotografía como medio de expresión, otra afrenta ante los fotógrafos ortodoxos.

La obra que lo sitúa en el escenario de las artes esEl payaso cirineo (2008) en la subasta Juannio 08 con la que obtiene un reconocimiento del jurado internacional. Sus obras pueden verse como planteamientos filosóficos, ya que desatan toda una serie de reflexiones, si se pasa el umbral de lo puramente denotativo. Hasta el momento sus creación se basa en la puesta en escena donde da rienda suelta a la intertextualidad, entendida esta como un fenómeno que orienta la lectura de la imagen y contradice la lectura lineal, la cualtransforma entonces una dialéctica memorial entre la imagen que el lector descifra y otras que el lector recuerda. Con esto obliga a un diálogo con el observador. Este andamiaje es el punto de partida de Santizo para poner de manifiesto aspectos como la intolerancia ante lo diferente, la violencia y lo paradójico de estas sociedades.

El payaso es un personaje constante, hasta el momento, en su corpus de obras como un eterno compañero de camino.  Desde susprimeras creaciones como La aparición ante los payasos (2007), Santizo inicia una relación especular. Es un hilo conductor de una narración aun incompleta, de la que el autor solo ha podido crear algunas escenas.  Condensa la evasión a través de la risa que en realidad es dolor y tristeza, una máscara para sobrevivir. En El payaso cirineo su propia imagen es protagonista de la escenificación del Vía Crucis, que realmente es una visión irónica y mordaz de la vida y de la sociedad en que está inmerso. Un camino de dolor, con el que se identifica, donde uno mismo es su consuelo, ante un horizonte tempestuoso. Un camino donde solo lo jocoso puede ser una ayuda verdadera, porque los golpes vienen a mansalva de un poder travestido.

 Otra de sus imágenes señeras es La rendición (2008), presentada en la Bienal de Arte Paiz, un típico enfrentamiento urbano, entre mareros y las fuerzas policíacas.  El intertexto de fondo es la Rendición de Breda. La máscara se convierte en un signo empleado con inteligencia, que proyecta verdades en lugar de encubrirlas.  Los policías son presentados como cerdos, los jóvenes se travisten como patos, perros y monos. La naturaleza humana es animal. Aquí la rendición es ante la violencia tragicómica, ante la mirada impávida de la seguridad y otros que no se arriesgana ayudar a la hora de la hora.   El individuo esta solo e impotente es mejor rendirse. Como también lo hace ver en el triptico La bala perdida (2008) donde para poder sobrevivir es mejor vestirse de alegría.

 Al igual que el payaso, el personaje transgénero logra colarse en algunas de sus imágenes, con un destino igualmente trágico, en La Rendición, es abusado por la propia policía, en Exorcismo (2009) es visto como un endemoniado, que a instancias de la madre es exorcizado por un sacerdote. Santizo hace evidente los abusos y la degradación que la institucionalidad del país y la propia familia comenten contra lo diferente.

Santizo aborda temas agudos con ingenio. Por un lado cuestiona la fuerza indoctrinadora de la iconografía religiosa, que por su potencia llega marcar al individuo creando una ceguera que lo hace caer preso de su propio pensamiento al que ha sido inducido.  Lo religioso es desenmascarado, se muestran los entretelones de congregaciones religiosas, como en Asunción (2008). El desnudo masculino, un tabú para la sociedad guatemalteca lo aborda a través de un disfraz de cuerpo humano, con lo que logra un efecto cercano a la corpulencia de los contemporáneos Batman o el Hombre Araña, en francodialogo con el cine, pero también con obras de arte hasta las poses propias revistas gay.

Algunas imágenes de Santizo parecen inocentes como Comunidad (2009), que a través de varias imágenes infográficas volumétricas escenifica los linchamientos de personas realizados en departamentos del interior del país.  Debido al tratamiento de las imágenes todo parece un irónico juego de niños, pero que en realidad es un acto salvaje y macabro. En La extracción de la piedra (2009) Santizo hace emerger la situación improvisada del sistema de salud del país, donde un desaliñado médico fuma mientras trabaja en una trepanación.  La piedra no es más que una de crack que con ansias espera un compañero, ante una dama de mirada aburrida y mustia.

Santizo deja entrever el peso de instituciones sórdidas, asfixiantes que no aportan soluciones.  Por momentos sus fotografías parecen completar el sueño de pintores que en sus respectivas épocas no lograron llegar hasta donde este fotógrafo hace llegar las mismas escenas.  Hay mucho del barroco en estas obras como lo han apuntado otros críticos, mucha parafernalia propia de los guatemaltecos.  Toda esta obra mantiene una permanente actualidad y frescura, por tener como referente la dura realidad.

Miguel Flores Castellanos


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